jueves, 23 de septiembre de 2010

Cada vez que cierro los ojos puedo ver
destellos de tu rostro
cada vez que respiro,
es como si respirara tu aroma otra vez
Que certero y que irónico es el tiempo
que trata a sus hijos pretendiendo no saber,
que esconde la verdad tan meticulosamente preparada
para unir y separar
crear y destruir
qué tan macabro el dolor
que prolifera saltando de corazón en corazón
marchitando todo
deleitándose con el amor nuevo
sólo para verlo enfermarse y morir

lunes, 20 de septiembre de 2010

Carta a Alma

Perdóname por lo que voy a decir
pero espero que estés bien
sé que odias ese tipo  de frases,
no te culpo, si también me odias a mi

Las rupturas nunca son fáciles,
especialmente cuando pasaste tanto tiempo
junto a alguien
que no supo hacer lo correcto
junto a alguien que tuvo la felicidad entre sus manos
y la dejó ir.

Por supuesto, yo sé como se siente eso
pero, ¿lo sabes tú?
alguna vez siquiera, ¿fuiste feliz?
o es acaso que desde el principio pudiste ver
dentro de mi lastimoso ser
el interior de un alma que se marchitaba día a día
simplemente por el hecho de existir.
Discúlpame por ser tan débil
por no contarte lo que estaba mal en mí
por no saber adivinar
lo que con palabras
no te atreviste a decir.

Después de todo eres frágil
como aquella noche en que miraste al cielo
y me dijiste que la estrella más tenue del firmamento,
aquella que intenta con todas sus fuerzas hacerse notar,
pero aún así palidece ante las demás
sería mía y tuya,
la estrella que nadie más quiso
que nadie nos la intentaría quitar.

Ahora lo único que me queda,
es esa dulce nostalgia
donde revivo una y otra vez
cada caminata en la tarde serena
tan cerca uno del otro que podíamos escuchar
nuestros corazones latir.
Cada conversación
con la mirada perdida en los ojos del otro
cuando el tiempo perdía su significado
desde que se ponía el cálido sol de primavera
y hasta que volvía tímidamente a aparecer
y sólo quedábamos, juntos,
tú y yo.

Y cuánto duele pensar en lo cruel que fue para ambos
el yo ser yo
y el tú ser tú
nunca lo dijiste,
pero no hizo falta, lo puedo saber sólo con mirar
en esos ojos profundos como la noche
lloras en sueños
lo sé, porque yo lo hago también